A veces eres tú, a veces soy yo.


No se si abandonarme a tu cuerpo o seguir así, atenta a la espera, esperando a la nada, queriendo que suceda, buscando la certeza que esta incertidumbre me provoca. A veces quiero ser tuya, a veces no, me pierdo entre el laberinto que me provocas.

A veces me encantas, cuando no me das lo que tanto anhelo. Me matan las ganas de comerte en la cama, de tenerte de madrugada. De querer algo imposible, de ver posibilidad en la espesura de esta noche. Como un faro en el mar, salvando al náufrago. Ojalá vieras la belleza en cada uno de tus defectos, la pureza de cada arruga, la caricia en cada peca, el amor en cada herida, la ternura en cada rincón de tu cuerpo. Ven, para que deje de pensar, ven y dejémonos llevar.




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