Jeremy's Story

Y fue en esa noche sin estrellas en el cielo, bajo ese portal con su sonrisa pícara cuando sucedió. La besé, me besó, nos besamos. Y ahora que ha pasado el tiempo, lo recuerdo y sonrío como si fuera aún ese tonto enamorado, como si aún estuviera en aquel beso porque fue juntando mis labios con los suyos; como siempre, pero distinto, cuando sin previo aviso me volví a enamorar. Aún podía sentir las ondas de su largo pelo castaño cuando el viento soplaba, aún podía sentir como ella me agarraba por el cuello haciendo pequeños tirabuzones en mí corto pelo, me gustaba sin duda. Notaba como si su cuerpo aún siguiera pegado al mío, sin un centímetro de distancia, recuerda como la apretaba hacia mí por la cintura. No quería perderla, pero querer no siempre es poder, pensé y así fue como ese dulce beso dio su fin.
Y ahora, lejos de ese instante, demasiado, pienso que frágiles son los momentos de felicidad que, tanto tardamos en conseguir y con la facilidad en la que el viento mueve las hojas de los árboles, desaparecen. Por qué? Nunca lo sabré… Pero sigo con esa vana esperanza en mi interior, de que todo irá a mejor. Esa esperanza que me hace daño pero es como el niño que es tímido, no va a cambiar… tampoco quiero. Que todo vuelva a suceder, sin ningún guión, limitémonos a sentir, improvisemos. Volvernos a mirar, a encontrar, a sonreír, a enamorar, pero eso seria otra historia
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