ELLA

                                                                         Ella


Ella:
Sé lo que te pasa. Crees ser el mejor en todo, dices que se te da casi todo bien. Eres inteligente, divertido, una persona sonriente. Eres un buen amigo, te preocupas por tu gente. Y haces creer que eres valiente. Pero en el fondo, en el fondo tienes miedo. Tienes miedo de que alguien llegue a tu corazón y éste se vuelva loco y haga que tú también te vuelvas loco. Tienes miedo de llegar a pensar algún día en que no vas a poder vivir tu propia vida porque algo hará que la de otra persona dirija la tuya. Y tienes miedo de sentirte estúpido sonriendo al ver a esa persona caminar, o beber, o comer, o hacer la cosa más insignificante del mundo. Tienes miedo de sentirte poseedor de ella, de pensar que algún día podrá ser “tuya”. Tienes miedo de sentirte tan, tan sumamente feliz hasta llegar a un punto en el que pienses que quizás ya no sepas que hacer en tu vida, porque ella es tu vida, y ya “le tienes”. Tienes miedo de sentir que lo tienes todo, y que cada cosa que hagas, digas o pienses te recuerde a ella. Tienes miedo de llegar a pensar que si llega el día en que te diga que lo vuestro se acaba no puedas tú hacer nada más que llorar, ahogarte en llantos, recuerdos. Pero sobre todo… sobre todo, tienes miedo de escuchar dos palabras verdaderas, sinceras, claras. Tienes miedo de escuchar un… te quiero.

Yo: 
Tienes miedo de él, del amor. Miedo de que te posea, de que cambies. Tienes miedo a que él te gobierne a tí. Pero ¿sabes? te pierdes lo mejor, el riesgo, los nervios. Valorar todo y ver que aunque sea por una milésima puede ser posible, puedes conseguirla a ella, a esos ojos que te vuelven loco pero que lo niegas, a ella que te sonríe. Ella que está loca por ti pero tú, como estúpido rechazas; por miedo... ¿Miedo a qué? Miedo a perderla siquiera sin tenerla. Estúpido pensar eso. Pero ¿sabes que? Eso es de cobardes, miedo a disfrutar de la vida por cualquier cosa, miedo a tener miedo. Pero bueno el amor no es para cobardes. El amor quizá entonces no sea para ti.