Siempre guardé el secreto de tus ojos.




Cuando me encontraste no te dije nada. Con la mirada te pedí que me enseñaras a vivir y así fue. Me enseñaste que caminar en línea recta no tenía ningún sentido si no tenías a donde ir. “Hasta los pájaros se guían por la atracción de los polos" recuerdo que me solías decir. Lo mejor de ti era que cuando te miraba, aquellos ojos verdes también me miraban a mí. Aún estoy buscando alguna palabra que pueda describir lo que sentía en esos momentos. Era como si me devolvieras esa parte de mí que no se en que momento de la vida se escapó de mi. Cuando me caía tu siempre tenías los brazos abiertos para recogerme con aquella frase que me repetías cientos de veces " mi pequeña ilusa, no te olvides que una moneda siempre tiene dos caras" y sonreía. Entre mil lágrimas amargas conseguías sacarme una pequeña y dulce sonrisa. Nadie más lo consiguió. Recuerdo alguna de nuestras locuras que quedaron entre tú, yo y la luna. Nunca fuiste muy hablador, ni tampoco muy romántico pero no lo necesitaba. Las palabras sólo eran un impedimento para aquello que sentíamos.

Pero la vida pasa, las personas cambian y nuestros caminos se separaron... Recuerdo que tus últimas palabras se grabaron con tinta en mi corazón." Recuerda arriesgar aunque no siempre ganes. Cuando pierdas acuérdate de nosotros; acuérdate todo lo que ganamos." Siempre fuiste mi pequeño filósofo. Gracias por hacer que mi corazón no parara de latir ni un segundo.

1 comentario:

Annie Costello dijo...

¿Y si te digo que me encanta tu blog? En serio... y qué fotografías tan bonitas. Yo todavía soy novata en eso, pero las tuyas son... guau *-*

Muchas gracias por pasarte por mi pequeño rincón :) Mi plantilla no muestra el botón, pero puedes seguirme así: en tu escritorio de Blogger, donde está la lista de lectura, pinchas en añadir blog y añades la URL del mío. ¡Yo te sigo desde ya!

PD: Llámame Annie :)