Truenan truenos (advierten tiempos aún más difíciles).

Los dos solos, bajo un edredón que les mantenía en calor, desnudos bajo la luz de la luna. Él se acordaba de ella, sus besos tenían sabor a cerezas en cambio ella, la chica que tenía entre sus brazo; no.Esa misma mirada de fragilidad, exactamente igual.... Tenía sus mismas curvas de mujer, irresistibles para cualquier hombre, pero no tenía esa agilidad al mover-se.
Ella no podía sacárselo de la cabeza (no lo podía ocultar, hasta sus ojos relampagueaban en la oscuridad, echándole de menos). Tenía sus mismas manos, pero no la cogía de esa manera tan especial que sólo el sabía. Tenía sus mismo torso musculado y con tono caramelo, pero no, no era él, no tenía esa pequeña marca de nacimiento en forma de granito de café gusto en lo mas bajo de la cintura.
Decidió no pensar más y sumergirse bajo ese viejo edredón el resto de la noche. Imaginaron ser otras personas sólo por una noche. Ds completos extraños jugando a desearse, recordando lo que ya no tienen, queriendo que les quieran en una noche fría de éste largo invierno, una entre muchas más. Pero no salió bien, el juego terminó peor de lo imaginaban, las chispas se convirtieron en fuego, la realidad pudo con ellos. Sólo fueron unos extraños entre cientos más intentado jugar a éste juego que le llaman “vida”.

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