Un capricho que el tiempo quiso recordar

A partir de ese día intentó pasar el máximo de tiempo con él, porque no le quedaba mucho tiempo. Lo más extraño es que no le recuerda por sus grandes conversaciones juntos, la falta de conocimiento por parte de los dos lo impedía, si no por sus miradas. No necesitaba mas, se acuerdo de los largos paseos en silencio, solo intercambiando miradas; de esas que decían “quiero quedarme aquí, junto a ti “. Hasta los juegos más estúpidos le parecían interesantes si él participaba en ellos.
La despedida fue silenciosa, igual que la mayoría de sus momentos juntos, le puso su pierna sobre la suya y apoyó se cabeza en sus grandes espaldas y dejo que pasarán los últimos minutos que les quedaban juntos. Cuando tuvo de subirse al autocar le dio un fuerte abrazo, inspiró muy fuerte, intentando que su olor se le quedara grabado en su cuerpo, y se subió a ese pequeño autocar. Busco su mirada, la encofró, después de eso no hubo nada más.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
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Sяtα Pαtяiciα OlαzábαL. dijo...

..después de eso no hubo nada más... que los recuerdos.
Los recuerdos siempre pernamecen, y nos ayudan muchas veces a poder seguir adelante ;) tequiero!