Acuerdate

Decidió volver a casa por esa calle donde aún resonaban sus pasos bajo la lluvia. Se paró. “Fue aquí, exactamente en este punto, bajo estas piedras donde unimos nuestros labios entre un juego de palabras.” Piensa Ale. Cierra los ojos y recuerda ese instante, era, era, era como... si alguien le estuviera presionándole la barriga con algún tipo de fuerza sobre natural; pero le encantaba, oler su perfume, sentir su cuerpo.
-Sabia que te encontraría aquí.- Ale se giró pudiendo intuir con alegría de quien era aquella voz. Él no la dejó. La agarro por la cintura. Ale podía sentir su lenta respiración en su cuello. Primero la besó tiernamente en el cuello, luego en la mejilla y a continuación girándola lentamente en la boca. Otra vez esa sensación. Le encantaba, sin duda le encantaba.

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