Olor a primavera


A Alex le maravillaba el paisaje que tenía delante de ella, las olas chocándose contra el mar, con rabia y fuerza, el cielo y el mar; una unión perfecta. No sabía donde comenzaba uno y acaba el otro. Inspiró fuertemente ese aire fresco que le llenaba los pulmones de vitalidad. De repente unas manos le cubrieron los ojos.
-Tok-tok- le susurró alguien al oído
-Quien es?- respondió Alex risueña.
-El que te robará el corazón.-Ella se ruborizó cuando escucho esas palabras, era él, el que le había robado un beso bajo la lluvia diciendo que le robaría el corazón. Lo que él no sabía era que ya se lo había tobado; hacia mucho tiempo. No pudo decir nada, no le salían las palabras. Únicamente sonrió. Una sonrisa que delataba lo feliz que era. Se giró para verle la cara. Él la besó fuertemente. Abrazándola por la cintura sin dejar centímetro de separación entre ellos dos. Ella a la vez le acariciaba su pelo rubio oscuro y su fuerte cuello. No podía dejar de besarle, un fuerte magnetismo le atraía hacia él, hacia su boca…
Y se quedaron allí toda la tarde, abrazados, juntos, sin noción del tiempo, besándose, intercalando las manos, mirando ese bello paisaje del mar.

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