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Mery estaba confusa, ¿Qué había hecho Speed? ¿Porque se había marchado en mitad de la clase? << ¡No! No me importa. Me da igual lo que haga y lo que le pase. No, no…>> se repetía una y otra vez a ella misma. Aunque en el fondo ella sabía que no era tan fácil olvidarle del día a la mañana. Sonó el timbre en ese instante.
-Mery, ¿Que le pasa a tu novio?- preguntaron todas sus amigas a la misma vez, casi en coro.
-Nada, supongo que tendrá un mal día.-bajó la mirada, no se atrevía a decirles nada, no quería…Y con esa cobardía al final se quedó sola, pues una a una sus amigas fueron marchándose con sus parejas. Se sentó allí mismo y fue desenvolviendo poco a poco ese delicioso bocata que le había preparado su madre como cada mañana. Mmm… era su preferido, de fuet. Pero no tenía hambre.
-Mmm… Que buena pinta tiene este bocata, dame un poco- dijo Paul apareciendo por detrás suyo. La asustó un poco.
-Ten, todo tuyo, no tengo hambre- respondió sin muchas ganas.
- ¿Seguro?- antes de acabar ya le había pegado un mordisco de campeonato. Ella sonrió, le hizo algún tipo de gracia. De algún modo le transmitía alegría.
-Sí, seguro.
-¿Que te pasa? ¿Has roto con Speed?- dijo con toda la naturalidad del mundo.
-¿Pero como…?
- No soy tonto ¿sabes? Es fácil de adivinarlo, solo hace falta un poco de atención.
- Pues mis amigas…
-Tss… No digas eso, en el fondo te quieren solo que…- mirando hacia ellas, cada una distribuida en un rincón de aquel patio- tienen otras cosas en la cabeza.
-Ya pero igualmente, no se…
Sonrió y dijo:
- Y bueno ¿Qué ha pasado? Se os veía muy bien.
-Eso creía yo- bajó la mirada- pero ayer me di cuenta que me equivocaba. Estaba en el parque, con Jess..- suspiró.
Él le cogió su barbilla con su mano y delicadamente le subió la cara hasta que por fin la tenía a su misma altura, y la miró fijamente a los ojos.
-El que es capaz de hacer eso no se merece que malgastes ni siquiera tu tiempo pensando en él.- Sonó el timbre otra vez. Paul miró el timbre, le dio un beso en la mejilla y se fue sin despedirse.
Ella se quedó muy confusa, ilusionada tal vez. Ese chico tenía algo y no sabía exactamente qué era pero desde luego le encantaba. En los pocos momentos que habían estado juntos él ya le había demostrado tanto o mas de lo que cualquiera le había podido demostrado en mas de un año. Durante la siguiente hora Mery intentó prestar toda la atención posible a los ejercicios de Matemáticas de clase, pues últimamente no había estado muy atenta y estaba un poco perdida en la lección. Al acabar la jornada se fue con Ann de compras. Dos meses. Tan solo les quedaban dos meses para elegir el vestido perfecto, los zapatos con el tacón más impresionante de todos, y por supuesto la pareja de baile perfecta. l pensar en esto último la cara le cambio un poco, sabía que iba a ser duro superar lo de Speed, pero lo iba a conseguir, y muy pronto. Ella era fuerte, una chica que se ponía pequeños retos y los superaba siempre. Ann al verle en las nubes le dijo:
-¡Tía despierta! Estas en pensando a saber en que y no tenemos mucho tiempo. Mira este vestido, ¿no te parece precioso? Te quedaría genial. A ti solo, con ese cuerpo tan bestial que tienes…
- ¡Ann no digas tonterías! Tú también eres perfecta y muy muy muy guapa.- Le dijo dándole un beso en la mejilla y sonriéndole.
Las dos acabaron la tarde de compras exhaustas. Solo necesitaban una ducha y una noche de sueño continuo.

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